martes, 13 de noviembre de 2012

Psicoterapia con personas sordas, mi comienzo

En mi trabajo con niños, adolescentes y adultos el lenguaje oral siempre ha sido uno de los vehículos principales, sino el exclusivo, a la hora de realizar un proceso de terapia, ¿ Cómo estas hoy? ¿ Podrías describirme lo que sientes? son preguntas que siempre están al alcance del terapeuta y la respuesta de la persona abre un mundo que explorar.

En este camino conocí a una gran mujer, Blanca Luz, ella es sorda, es una mujer adulta con el sueño de ayudar a las personas que como ella se relacionan con el mundo de forma distinta,  trabajo con ella realizando evaluaciones y procesos de terapia a niños con diversas dificultades y comenzaron a llegar a mi niños con dificultad auditiva. En un comienzo fue terrible darme cuenta que me quedaba corta, que mi lenguaje oral tan rico en vocabulario y premisas no me servía de mucho ante quien no podía escucharlo, y entonces surge la necesidad de hacer algo .

Fue en ese momento que agradecí ser psicóloga humanista y Gestáltica, ya que esta corriente no etiqueta, y trabaja con la persona desde sus propios recursos, muchas veces sin la necesidad de un lenguaje oral. Y pensé- bueno tengo el respaldo de esta forma hermosa de hacer terapia pero aun así debo poder comunicarme para poder establecer una relación, un dialogo silencioso pero importante y comencé a estudiar Lengua de Señas Chilena (LDS). Ha sido un aprendizaje complejo, quedarse en silencio y dejar que nuestra vista, manos y cuerpo comiencen a soltarse para lograr expresar emociones, necesidades, calificar objetos, etc, algo que para nosotros los oyentes es tan natural a través del habla se había vuelto un desafío para mi desde la seña.

Tras mi segundo nivel de LDS, surge la genial ideal de poder realizar mi tesis de posgrado en el proceso de psicoterapia con personas sordas, tras un sondeo superficial que realicé, me di cuenta que son los educadores diferenciales, fonoaudiólogos, terapeutas ocupaciones y profesores quienes han estado cerca de las personas sordas, psicólogos no muchos, se de uno que ha sido un gran aporte, pero aparte de él, nada.

Quiero ser un aporte de la psicología clínica para tantas personas sordas que por nuestra falta de preparación para la diversidad y discapacidad han quedado fuera cuando lo han necesitado. Sé que el camino recién comienza y debo perfeccionarme cada vez mas, las ganas están sin duda, después de conocer este mundo de silencio y expresión tan intensa, quiero ser parte de él.

Les iré contando como todo va tomando forma.

Angela.



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